Ana Lucía Lozano y Maria del Carmen Barrios
Obra en Chinchilla de Montearagón (Albacete). Fotografía: Ana Lucía Lozano
Han pasado ya seis años desde que la burbuja inmobiliaria estalló. Como consecuencia se produjo la mayor tasa de cese de actividad en la historia de la construcción española. Antes del estallido de la “burbuja “en España, en el año 2005, el número de empleos y volumen de negocio en el sector de la construcción, según datos del Instituto Nacional de Estadística, era de 2.657.643 reduciéndose en el año 2011 a 1,323.371. Disminuyendo el empleo para la construcción en un 49,7%. Hasta ese momento, este sector había sido en España uno de los principales promotores de empleo. Ante la creciente demanda de edificación de vivienda las constructoras se multiplicaron llegando a 402.901 empresas en 2005. Prueba de ello es que en el año 2003 se concedieron 471.455 licencias municipales para la construcción de vivienda residencial, según el Instituto Nacional de Estadística.
Después del estallido que sumergió al país en una crisis económica y que aún perdura en la actualidad, el número de parados en el sector de la construcción se incrementó en un 300,3% en comparación con el año 2005. 652.697 personas perdieron su empleo, situando a la industria de la construcción en uno de los sectores más perjudicados por la crisis económica mundial.
Obra en Chinchilla de Montearagón (Albacete) fotografía: Ana Lucía Lozano
Alfonso Barrios tiene 50 años y ha dedicado 12 de ellos como encargado a Isolux Corsán, una empresa constructora ubicada en Madrid. Como muchos de sus compañeros, Alfonso fue afectado por un Expediente de Regulación de Empleo que realizó la empresa hace seis meses a causa de la falta de promociones urbanísticas. Alfonso nos cuenta que la plantilla se ha reducido de una manera considerable. “De 10.000 obreros que éramos, ahora solo quedan 2.000”. Además de los EREs producidos como consecuencia del cese de actividad, desde el año 2005, han desaparecido 60.644 empresas constructoras nacionales. Juan Lozano, de 50 años, dirige una empresa de construcción y promoción desde hace 23 años. Cuenta que cuando comenzó la empresa contaba con 30 obreros en plantilla, de los cuales conserva a dos. Juan asegura que fue un golpe muy duro despedir a sus trabajadores, por la estrecha relación que guardaba con ellos. “Espero que esto no se vuelva a repetir, despedir a 27 personas ha sido un trauma. Pero siempre que me sale una chapuza los sigo llamando”. El problema para Juan vino por el cese de la actividad, y ante la falta de trabajo se vio obligado al despido de trabajadores cualificados. “He tenido que parar una obra, y ahora es propiedad de la CCM”.
A partir de esta situación, el sector de la construcción ha tenido que buscar alternativas para seguir avanzando en el mercado laboral. ¿De qué manera se ha reincorporado la construcción a la actividad económica?
CONSTRUCIÓN EN PAISES EXTRANJEROS
Mientras que en España se ha producido un descenso de la concesión de las licencias para vivienda de uso residencial de un 12,2%, de forma paralela en países emergentes como Perú, Brasil o Panamá se incrementado la oferta de empleo del sector. SEOPAN, el Observatorio de la Construcción, registró en 2011 un total de 4491 millones de euros de obra contratada en América Latina. Juan, ante la falta de actividad en su localidad, barajó la posibilidad de comenzar nuevos proyectos en el extranjero; “Ahora estoy mirando cosas en el mercado internacional. Hice un viaje a Perú, y me di cuenta de que hay más trabajo fuera de España, porque España está parada, y los demás países ya han arrancado”. Por otro lado, Isolux Corsan también se ha unido al mercado internacional. Alfonso comenta que al igual que a otros, le propusieron trabajar en Brasil. “Ha cambiado el sistema de trabajo, ubicando el personal dónde le interesa a ellos. Por ejemplo han intentado reubicar a gente en el extranjero, en una serie de obras que tiene la empresa. Dónde unos se han podido adaptar y otros no, ya sea porque no lo tiene previsto o porque no puede irse”.
Fuente: SEOPAN
El mercado internacional no ha sido la única opción alternativa a seguir construyendo. Dentro de la península existen otras alternativas para la construcción.
REHABILITACIÓN DE EDIFICIOS
Paradójicamente, mientras que el Estado ha reducido el presupuesto para obra pública, se ha producido un incremento en la concesión de licencias para la rehabilitación de edificios. Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2003 se concedieron 28.392 licencias, sin embargo, durante el año 2012 se concedieron 762 licencias más. Juan es consciente de la oportunidad que tiene el sector ante esta nueva demanda de mercado. Reconoce que al no poder construir más la rehabilitación de edificios es una salida factible. “Hay muchísimo que reformar en España, muchísimo. Las constructoras nos tenemos que adaptar a lo que demanda el mercado. Si el mercado demanda rehabilitación de edificios, pues rehabilitación de edificios; si demanda adaptación pues adaptación. Las estructuras de las empresas constructoras deben de ser muy flexibles”.
Pero no solo los edificios antiguos necesitan reformas, también la vivienda de particulares.
REFORMAS DOMÉSTICAS
Además de la oferta de trabajo extranjera y las concesiones de rehabilitación de edificios, las reformas domésticas suponen otra alternativa para el sector. Alfonso admite que en España hay muchos edificios en malas condiciones que necesitan ser acondicionados. Esto supone una oferta de empleo para los desempleados que se dedicaban a este sector. “todavía quedan muchas cosas por hacer. Por otro lado tenemos las reformas, hay un montón de edificios que están en muy malas condiciones y que no se pueden demoler. Las reformas van a crecer y mucho. Entonces, la construcción se va a mantener”. De manera simultánea, Juan asegura que ha tenido que comenzar a hacer reformas en detrimento de la construcción y promoción de viviendas. “He tenido que cambiar totalmente de actividad. Ahora me dedico más a las reformas y a pequeñas obras; y la construcción y promoción de edificios, dejarlas a parte. Ahora reformamos y adaptamos lo que nos encargan”.
Otros empleados de la construcción que no han podido reincorporarse en el sector barajan actividades diferentes a las que hacían.
OTRAS ALTERNATIVAS
Alfonso, que lleva dos meses en paro, está sometido a la presión de mantener su hogar y su familia, es por esto que se ha planteado entrar en sectores desconocidos para él. Opina que volver a trabajar en la construcción ahora es difícil y “además está mal remunerado”. Para él, lo más factible sería montar un negocio ante la incertidumbre de si va ser rentable o no. “Lo que no es rentable es estar muriéndote de asco en tu casa. Entonces, si no hay un trabajo que pueda solucionarte la vida, la alternativa es tirarte al río. Como se dice vulgarmente “buscarse las habichuelas”, asumiendo la parte de riesgo pero pensándolo a conciencia”.
Las opciones de cambio que Juan se plantea dentro de una empresa que lleva realizando durante dos décadas la misma labor, son muy amplias. Juan ha comenzado a gestionar también el alquiler de las viviendas que construyó, y que no se vendieron. “Ahora me dedico también a la compra venta de alquileres. Llevamos todo el proceso, desde la casa construida, la entrega de llaves, el mantenimiento, y la limpieza posterior a que los inquilinos abandonen la vivienda. “
Contestando a la pregunta que se planteó al inicio del reportaje, la construcción se ha reincorporado a la actividad económica mediante la exploración del mercado internacional, la rehabilitación de edificios en malas condiciones y las reformas de viviendas de particulares. Sin embargo, algunos de los parados que produjo la quiebra del ladrillo han tenido que adentrarse en terrenos desconocidos. En definitiva es un sector que aun a pesar de haber sufrido un cese de actividad, ha sabido adaptarse a lo que la actualidad demanda. La construcción en España vuelve a tener un hueco en el mercado, solo que esta vez con un lavado de cara que mira hacia nuevos horizontes.